Cosidas y descosidas. Confecciones de mujeres
Las mujeres de estos cuentos cosen y descosen situaciones de las más variadas, con una mirada desprovista de pudores y equipada del buen decir. El lenguaje se viste de fiesta en detalles, revelaciones, ambientes que participan de las acciones, romances, desarraigos, traiciones, pero nunca dando una puntada sin hilo.
Graciela Ocampo
Lorca puso en una sentencia de Bernarda una problemática omnipresente en la vida de la mujer: “hilo y aguja para las hembras, látigo y mula para el varón”. Me gusta encontrar textos que, como el de Mirta, desde el título nos anuncian la ardua tarea de resignificar el valor de las palabras. En este hilado de cuentos protagonizados por mujeres, ese hilo y esa aguja son una herramienta para contarnos, contemplarnos, abrazarnos.
Hay algo maravilloso en ese poder de bordar con diversidad de hilos y colores. Cada tiempo de lectura me llevó a galerías en las horas más oscuras, en penumbras o bajo el abrazo de un mediodía. Me sorprendió encontrarme muchas veces en esos personajes. Ninguno era yo, pero siempre algo de ellas me hacía reconocerme en un aspecto, en alguna sombra de lo que fui o quizás en un presagio de lo que seré. Si un texto es un tejido, Mirta cose la historia de muchas mujeres y lo que sale no es un monstruo, al final nunca fue un laberinto y tampoco un espejo de muchos tiempos. Cuando llego al final del recorrido y vuelvo al poema de inicio, cierro el círculo, rompo el espejo y me comprendo como una integridad, una polifonía, una historia.
Ma. Laura Ruiz Diaz