No hables con la boca llena, no digas malas palabras, con la comida no se juega. Muy lindas las lecciones de la infancia, pero parece que las hermanas Marbian no las aprendieron del todo: se burlan de la solemnidad y convierten el alimento y el lenguaje en una experiencia creativa. En este libro toman las palabras de todos los días para hacer literatura y, con los ingredientes que había en la heladera, inventan manjares. Una escribe, la otra cocina y, juntas, nos ofrecen este libro: platos e historias que nos hacen agua la boca mientras tratamos de descubrir
cuáles son las conexiones entre la cocina y el escritorio, entre una sensibilidad y la otra. ¡A leer, que la comida está lista!
Silvina Gruppo