Eso que golpea mi puerta – Lucía Ipes

Lucía Ipes escribe relatos, brevísimos relatos (¿por qué no llamarlos novelas?) de apenas una página. Cada hecho condensa pliegues de sensación anímica y se despliega
en catapulta febril de inmersión lingûística. El idioma sucede, es vértigo que arrasa la lógica temporal y sitúa cada movimiento en la inmanencia de su
desolación. No hay respiro en la prosa de  Lucía Ipes. Las palabras se encriptan en ese definitivo e insaciable estar ahí del hombre o mujer dañados por la certidumbre del destino. La paradoja de estos relatos, socavón de vida habilitada, es que sus personajes están motorizados por una subjetividad que no cesa de irrumpir temerariamente en la quietud sin confines de su desesperanza. Las palabras ordenan, bellamente dolorosas, este sacrificio y la condición humana despliega sus maniobras -a veces redentoras, casi siempre inconclusas- como gestos semánticos del frenesí de la materia. Luis O. Tedesco.