Con un sentido del humor que raya con lo perturbador y un sarcasmo a prueba de balas, estos relatos navegan por las turbulentas aguas de la tragedia y el absurdo. Cada uno de ellos se pasea con la mas completa impunidad por un mundo despiadado. Quizás, el titulo sea simplemente el reflejo de que, a veces, antes de recibir malas noticias, es preferible saber que alguien lo está pasando peor.
Federico Simonovich no es médico. De hecho, su única relación con la medicina está dada de manera casi exclusiva a través de una consistente automedicación con analgésicos de venta libre como la morfina. A lo largo de sus más de cuarenta años escribiendo desde primer grado de la primaria, ha logrado publicar varias novelas y media docena de libros de cuentos en las más importantes editoriales de habla hispana. Éste, su debut editorial, contradice completamente lo antes mencionado. Sin embargo, hay que reconocerle sus dedicados esfuerzos por tratar de escribir, aún a pesar de su inagotable capacidad para posponer. Justamente por eso, podemos considerar como un pequeño milagro que haya logrado juntar un puñado de historias, mismas que escribió robándole momentos a su trabajo dentro del Servicio de Protocolo y Enlace de las Naciones Unidas durante los años más calientes de la guerra fría.
Nota: Esta biografía fue proporcionada por el autor. No podemos confirmar o negar absolutamente nada de lo que figura en la misma. El señor Simonovich se negó a proporcionar datos de ningún tipo, además de los que figuran arriba. Todas las diligencias relacionadas con la publicación de este libro fueron realizadas a través de su representante y su abogado.