La poesía es cadencia, es sonoridad, es el verbo que surge del alma del poeta. Es narrar historias desde otro lugar. Porque el poeta escribe mirando la vida con ojos profundos.
Y si es poesía para niños, esa cadencia se llena de musicalidad, de ritmo de juegos de palabras. Como la poesía que podemos descubrir en Marta Elena Cardoso. Poemas de infancia está lleno de trinos, de grito de bichos y bichitos de cantos y de con versaciones entre los animales que brotan de las páginas de este libro. Como la del grillo: Cuando quieras escuchar/una canción muy bonita/y que suene muy cerquita/ al grillo has de buscar/ y lo vas a disfrutar/
Historias alegres como las de la calandria Margarita, tristes como las de Juan Copete. Los octosílabos permiten seguir el ritmo para cantar y emocionarse con los homeritos o sentirse libre como el nandú y el colibrí. Un mundo para que nuestros niños puedan sentir y soñar.