Llegó el día de dar a luz mi experiencia.
Llegó el momento de poner en palabras, darle identidad y profundidad al calvario que viví, desde un ángulo que me permite ver hoy con ojos de amor a la persona que me sumergió en mis profundidades más oscuras e inhóspitas. Quiero compartir con vos el caudal de información que el simple y mero paso del tiempo fue dándome.
Te quiero regalar este viaje de retorno hacia vos. Quiero compartirte cada hito vivido durante el vínculo, para que te sirva de resonancia, y cada recurso y herramienta que me ayudó a salir de ese pozo que solo las personas que estuvieron allí entenderían.
Confío en el magnífico poder de las sincronicidades y, si bien la información que te estaré compartiendo tiene base en mi experiencia de vida, la resonancia será suficiente para que puedas ver, a través mío, lo que aún no pudiste ver en vos.
Somos artífices de toda la información que llega a nuestras vidas y, con base en mi experiencia, podría decir que las respuestas no aparecen de la noche a la mañana y es bueno comprender que la reconstrucción y/o sanación después de vivir un vínculo así requiere de perseverancia, paciencia y, sobre todo, aprender a disfrutar del proceso que te va dotando de mucha sabiduría.
No quiero que el próximo mundo sea parecido a este. Percibo demasiada desconexión, demasiadas oportunidades que no vemos por estar sumergidos en nuestras mentes, demasiado sufrimiento, demasiado amor sin expresar.
Si solo nos dispusiéramos a bailar una nueva danza, las posibilidades serían infinitas.