Último esbozo de Gaspar Lorenzin – Marcela Viviana Espinosa

“Tomó un poco de salsa con el tenedor y ese gusto lo llevó a aquel momento, cuando con la cuchara de madera su mamá le permitía paladear la delicia del tomate con caldo y el aroma del orégano fundido con perfume de los condimentos, en frascos destapados sobre la mesada, un ritual entre ellos dos, rodeados por los cacharros de la cocina .Cerró los ojos y se vio muy pequeño sentado en la mesada observando las manos ágiles de doña Preciosa que iban y venían, con cacerolas y tomates en lata triturados, fideos frescos, pimentón… ¡Y ese aroma en la comida que tenía delante de sus ojos, que le traía vívido el recuerdo de su madre!…Y el reloj, que se escuchó como siempre a las ocho, mientras el recuerdo y el amor se confundían en una sinfonía de sabores y sonidos”.